Pasca un municipio reestructurado

El Miedo tras su caminar.

Los habitantes de este pequeño y humilde municipio llevan las marcas en el alma, reflejando una constante intranquilidad, el caminar del terror diurno hace que cada familia mantenga refugiada en el calor de su propio hogar. No solo son víctimas del conflicto sino también del miedo a su regreso.

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Las huellas en la estructura.

Las víctimas del conflicto no solo llevan huellas en el alma y su piel, sino que también marcas en la estructura de su ser, reflejadas en un rostro, cual pared maltratada. Rasgos indelebles llenos de dolor, que se ocultan tras tapices  restructuradas y con gran temor. Las ventanas son una luz a su interior, una tierna luz que la miran como una gran expectativa de solución.

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El frío de la maldad 

Los habitantes golpeados por la violencia, no solo viven el frío de sus montañas, sino también aquel vacío y helado de la desolación, un fuerte golpe que no solo estremece hasta los huesos, sino también el corazón de la tierra, tierra fértil que produce no solo fruto sino amor y unión entre sus habitantes que mutuamente sobresalen en medio de este fenómeno.

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Las alas del Alma

En medio del opaco atardecer, se presenta la luz de un nuevo renacer, que resplandece la esperanza de un nuevo camino hacia la libertad plena, donde la violencia ha dejado marcas en el alma, haciendo parte de la experiencia, y a pesar de las secuelas del sufrimiento, esto permite un proceso de fortalecimiento.

Como la mariposa abre sus alas al viento, así mismo el alma de las víctimas adquiere un nuevo aliento, donde la fe es primordial en el restablecimiento espiritual y moral para este pueblo.

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Columnas heridas de pie

Como un juego de roles se miran las diferentes dinámicas de la violencia, donde permean el corazón de la cultura y la historia, llevándolos a un cambio radical y aunque se noten las huellas del conflicto en las columnas humanas, también se nota el amor, que permite avanzar con un nuevo pensamiento y cultura, llevando como cimiento aquellos símbolos que representan el despojo y la resistencia, que quedan como reflejo de aquello que no mata pero fortalece. 

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Luz al final del camino

Al final del camino siempre hay una luz que ilumina la esperanza de un nuevo comienzo, dejando atrás el dolor y el sufrimiento, entrelazando manos y fuerzas que ayudan al mejoramiento del bienestar social y comunitario. Los pensamientos son vitales en este nuevo caminar, puesto que las diferentes etapas de la vida se determinan en cada trazo de la distancia, trazo que trae consigo la unión, la fuerza, el poder y las nuevas decisiones para una mejor vida.

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Un inicio socio-afectivo

Los recursos afectivos dentro de una sociedad, son los que marcan y delimitan las relaciones interpersonales, aunque la violencia ha demarcado la inseguridad en este territorio, el conocimiento del perdón y la restauración, no solo de edificaciones sino de la moral mismo, permiten cambiar la perspectiva de cada individuo a relacionarse, creando vínculos que dan paso a nuevas relaciones afectivas y comunicativas. Saliendo a flote como burbuja de aire en lo más profundo del mar.

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Las sombras

Las sombras del conflicto, han tomado un nuevo rumbo, la tranquilidad se respira y se vive en medio las ruinas, niños, jóvenes y adultos disfrutan interactuar, empoderados de su habitad permean un ambiente sano y aunque queden rezagos de aquellas sombras malévolas, se fundamenta el dialogo y el intercambio de ideas. Ellos quieren hacer la diferencia, levantando los muros caídos y restaurando paredes horadadas. Donde no se refleje más la sombra de una cruel manada. 

Johana Eraso_Municipio de Pasca